Polseres vermelles

Mi güera y yo, en invierno, vivimos en la casa de los tres cerditos y muchos días el lobo sopla y sopla para derribarnos la vivienda. Al menos eso es lo que se siente con los vientos huracanados que hay desde noviembre hasta bien entrado abril.

Como resultado de esta divertida circunstancia, un buen día nos quedamos sin TDT. La antena simplemente se dio por vencida y cayó muerta sobre el techo. Desde entonces vemos solamente lo que sale gratis al contratar el canal plus liga (si, nos encanta el futbol, ¿qué pasa?).

Pues bien, como en esta vida nada pasa por casualidad, el nuestro es uno de los pocos hogares de la Comunidad Valenciana que podemos seguir viendo TV3 a pesar de los pesares.

Por las noches antes de dormir nos gusta ver alguna serie, alguna peli y uno de estos lunes no teníamos ganas de ver lo de siempre (CSI). Digamos que yo le tengo puesto un veto personal a Telecinco y me puse en plan de niña terca a que no tenía ganas de ver muertes violentas. Total, que nos pusimos a hacer zaping y dimos con la serie que da título a este post. Polseres vermelles. ¡Oh descubrimiento!

Si entienden el catalán, créanme que esta serie vale muchísimo la pena. Los personajes son varios adolescentes que están ingresados en un hospital, dos de ellos tienen cáncer, una chica que tiene anorexia, un chico que tiene un leve déficit intelectual y que por un accidente se partió no sé cuántos huesos, otro que sufrió un infarto y por último, un chico que se quedó en coma cuando se tiró desde un trampolín a una piscina para ser aceptado por un grupo al que quería pertenecer.

Para mi es hipnótica. Para mi güera también. Una vez que comienza cada capítulo nos sumergimos en las situaciones, los diálogos, los personajes, la música y la fotografía y solamente se oyen los sollozos que soltamos alguna vez... oh, si. Se llora y mucho. Pero no de tristeza... la serie es muy emotiva.

Hace mucho tiempo que no me enganchaba tanto con algo en televisión. Me encantaría que todo mundo entendiera catalán para que vieran los capítulos que están colgados en TV3 y poder comentarlos. Igual y hasta consigue el milagro de que me reconcilie con mi propia adolescencia. Da gusto ver que hay otras cosas además de escándalos y amarillismos en la pequeña pantalla.