mayo 15, 2010

Testimonio


Lo he dicho ya varias veces. No soy católica, mi familia tampoco lo era. Lo que no he comentado tantas veces es que mis padres pertenecían a la Iglesia Bautista y me educaron dentro de esas costumbres. A medida que fui creciendo fui decidiendo qué partes de mi educación conservaba y cuáles descartaba.

Una de las prácticas del culto dentro de la denominación bautista es dar testimonio de la presencia de Dios en la vida de las personas. Alguien pide la palabra y dice lo que según su parecer tiene para agradecer y lo hace frente a los demás miembros de la congregación como una manera de fortalecer la fe de los demás y la suya propia.

La costumbre se me quedó y por eso ahora quiero hacer una variante laica de la misma porque aunque ya lo sabía desde hace tiempo, hoy tuve una conversación con una amiga muy querida que me ha hecho refrendar mis motivos de gratitud.

Me siento muy afortunada porque nunca me han violado.
Nunca nadie me ha robado ni golpeado.
Nadie ha abusado de mí.
Cuando alguna vez alguien ha intetado destruír mi autoestima he conseguido salir de esa relación tóxica relativamente ilesa.
He tenido la fortuna de contar con los recursos personales para buscar ayuda cuando la he necesitado.
La ayuda que he recibido me ha permitido tener hoy en día una relación de pareja sana.
Tengo a mi lado el amor de la mejor persona que podía imaginar para compartir mi vida, no es perfecta ni yo tampoco, pero tenemos defectos que se compaginan bien.
Tengo amigos y amigas que me quieren, me respetan y me han apoyado cuando se los he pedido y hasta cuando se han dado cuenta que los necesitaba sin que yo lo pidiera.
Me rodea gente positiva y valiosa que me cuida y a quienes estoy dispuesta a cuidar.

Todas las mujeres merecemos algo como lo que he dicho antes. No puedo ni quiero pensar que sea cuestión de azar. Quiero mantener mi convicción de que al ser un derecho de todas, tenemos que trabajar para conseguirlo y mantenerlo y por ello me comprometo a poner mi granito de arena en apoyar, en la medida de mis posibilidades, a quien lo necesite para que no permita que nunca nadie le ponga el pie encima.

Este es mi testimonio.

11 comentarios:

  1. Te doy las gracias por la parte que me pudiera corresponder, directa o indirectamente. Deberíamos saber y poder hacerlo, de ser humano a ser humano, y entre nosotras, de mujer a mujer, sin más historias.

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  2. De mujer a mujer, muy buena tu entrada. Un beso

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  3. Genial entrada corazón mexicano, ahora se entiende mejor la rima esa de "Mexico lindo y querido". Ya sabes que nos tienes cerca. Un besazo.

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  4. Me ha faltado el pavo al final. ;)

    En realidad, qué poco sabemos dar las gracias.

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  5. A pesar de todo, yo también creo en el poder de la gratitud y que no es custión de azar, si no de elección.
    Gracias a ti por compartir tus pensamientos.

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  6. Sí eres afortunada porque sabes agradecer lo que la vida te da y defender lo que los otros no han tenido.. bonito post..

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  7. Amen.
    (Así sea)
    Por mí y por todas mis compañeras...

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  8. Bonito post, peró aún queda mucho por hacer

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  9. un post genial. la gente no suele hacer este tipo de cosas y cuanto mejor iría el mundo si sacáramos cosas como estás.

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  10. Lo mejor es ese compromiso para hacer nuestra parte y cambiar lo que no queremos que exista. Y es dar apoyo y también ofrecer otros modelos a las nuevas generaciones, estar sobre nuestros propios pies sin aceptar otra cosa que no sea lo que merecemos, sin conformarnos.

    Un beso

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