En ese blog ella da pautas muy interesantes para vencer los bloqueos que tenemos para crear ya sea escribiendo, pintando, dibujando o realizando cualquier disciplina artística. Como ella es muy generosa me dedicó tiempo cuando le escribí contándole que quería aprender a fabular y como yo soy una inconstante no avancé demasiado en mi propósito... solamente pude completar un ejercicio antes de permitir que la vida cotidiana se interpusiera entre la escritura y yo.
Ahora que estoy propuesta a que este blog permanezca, he recordado el ejercicio que aMINUSCULA me puso y lo que de él resultó y lo comparto por si alguien lo quiere leer. El ejercicio consistió en que ella me envió un listado de cosas sin relación entre si y con ellas yo debía armar un relato. La lista era la siguiente:
- Dos pantalones vaqueros
- Dos camisetas (una con el conocidísimo logo de los Rolling Stones, otra de Chanel)
- Un frac
- Sandalias de tacón alto, doradas
. Dos pares de calcetines de lana
- Botas de montaña
- Una grabadora de voz
- Dos cintas de casete vírgenes
- Una pala matamoscas de plástico
- Veinte cajas de cerillas de cocina
Una pulsera estilo hindú
- Una bolsa de golosinas
- Dos camisetas (una con el conocidísimo logo de los Rolling Stones, otra de Chanel)
- Un frac
- Sandalias de tacón alto, doradas
. Dos pares de calcetines de lana
- Botas de montaña
- Una grabadora de voz
- Dos cintas de casete vírgenes
- Una pala matamoscas de plástico
- Veinte cajas de cerillas de cocina
Una pulsera estilo hindú
- Una bolsa de golosinas
Y lo que resultó de esa lista fue el siguiente relato:
¿Te acuerdas? No era lo que queríamos hacer ese día pero no
había más remedio. El jefe de redacción del periódico nos había enviado a la
residencia de ancianos a entrevistar a esas dos viejas glorias del teatro de
revista. Armados con nuestra grabadora de voz y dos casetes de cinta virgen nos
acercamos hasta el lugar.
Por el camino comentamos lo difícil que sería nuestra
encomienda. Por haber sido tan conocidos, tanto Ginger como Fred habían sido
entrevistados hasta el cansancio pero nuestro jefe estaba empeñado en que le
lleváramos material de primera, algo que nadie más hubiera publicado, una
anécdota, algún secretillo de la farándula, lo que fuera… menuda tarea, pero no
había más remedio que intentarlo.
Cuando llegamos frente a ellos nos recibieron con una mirada
de arriba abajo. Supusimos que nuestros pantalones vaqueros, nuestras camisetas
(la mía de chanel y la tuya de los Rolling Stones), nuestros calcetines de lana
y botas de montaña eran demasiado vulgares para personas como ellos que se
habían pasado su vida trabajando vestidos de gala.
La verdad es que después de esa primera mirada fueron muy
amables con nosotros y nos fuimos tranquilizando. Encendimos la grabadora y
comenzamos a registrar la entrevista… ¿has conseguido saber qué fue lo que
provocó que se diera esa situación? Yo me lo sigo preguntando…
Sigo preguntándome si fue verdad que nos contaron que cada
vez que Fred se ponía su frac y Ginger se calzaba sus sandalias doradas de
tacón alto y bailaban “Cheek to cheek” aparecían en sus camerinos aquellas
cerillas de cocina con las que consiguieron llenar veinte cajas.
Sigo sin saber si realmente nos relataron que se dieron
cuenta que cada vez que encendían una de esas cerillas veían en el humo de la
combustión cómo se transformaba la vida de un ama de casa y dejaba de lado el
tedio de lo cotidiano y la pala de plástico para matar moscas y encontraba la
manera de darle un nuevo significado a sus días.
Recuerdo, eso si, la cara de idiotas con la que salimos de
la residencia y que nos detuvimos a comprar una bolsa de golosinas más que nada
porque en el fondo sabíamos que si ocupábamos la boca masticando no tendríamos
que comentar entre nosotros las cosas que acabábamos de oír…
Lo peor fue cuando llegamos ante el jefe y le contamos lo
que nos habían dicho Fred y Ginger y al poner la grabación que habíamos hecho
solamente se había grabado: “Heaven, I’m in heaven…”
Ay Dios mío... para no creer que tienes capacidad de fabular te has lucido. Me ha gustado mucho. Sigue ejercitándote.
ResponderEliminarMuashh
Jolín, pues que vivan las incapacidades para crear historias!! Me he reído muchísimo y ha sido una gozada leerte :-) Un abrazo, guapa!
ResponderEliminarPues con el material que te dieron has creado una fábula fabulosa :)
ResponderEliminarFelicidades,
Un beso
...¿continuarás?...
ResponderEliminarMe quedo con las ganas de saber más de nuestros intrépidos reporteros. Sus nombres, de dónde han salido, si la camiseta de chanel es de una reportera o es de un mariquita de los que me he cruzado yo en la facultad de periodismo...si, esos que utilizan algo de maquillaje y matan por que su entrevista aparezca en las páginas de Mondo Sonoro...
ResponderEliminarVamos, Pena, que tienes un material buenísimo. Has conseguido dejarme con ganas de leer un montón de capítulos. Creo que es un buen ejercicio para desconectar de la cotidianeidad que nos puede llegar a asolar. Y creo que deberías perseverar.
Un abrazo enorme!
qué chulo, penita, un abrazo enorme.
ResponderEliminarGracias por los ánimos Siempre Suya, me daré tiempo para hacerlo :)
ResponderEliminarGracias Kika, me alegra que te hayas reído! :D
Eres muy amable noche, tú si que eres creativa :D
Repo: fabulando? si, claro... me ha gustado mucho!
Chris: Y a mi me has dejado con ganas de leer lo que tú sacas de este relato. ¿Te animas a encadenar uno?
otro para tí Marcelilla, besitos.
Acabas de liarla... ¡Esto no se queda aquí! Ya no puedes aducir falta de oficio, así que me temo que somos muchas las que esperamos con ganas la siguiente historia... Besos!!
ResponderEliminarEres genial, querida Pena Mexicana. Contigo siempre se aprende muchísimo.
ResponderEliminarMil besitos para ti, amiga.
Qué alegría me ha dado este post! No sólo por la parte que me toca, sino porque te hayas animado a publicarlo.
ResponderEliminarEspero que este 2012, aparte de felicidad te traiga ganas de escribir e inspiración. Un beso grande!