Muchas veces toca llamar para amenazarlos con mandarles a la guardia civil si no se moderan y soprendentemente hacen caso... En mi próximo post comentaré cuál fue la banda sonora de la visita de Chris, gracias al albergue... pero ahora no puedo evitar traer al blog parte de mi banda sonora vital y como dije antes, es por culpa de ese ser que funje o fije como DJ este finde...
Nos remontaremos al año 1977, primavera, ciudad de Monterrey. La protagonista: una Pena Mexicana adolescente que además de que todo le "daba pena" ( en el sentido mexicano), era ella misma, una pena con patas (en todos los sentidos). Realmente considero que es una fortuna no poder volver a la adolescencia, fue horriiiiiible...
En fin, que en mi país se acostumbra que cuando las chicas cumplen quince años, se les hace LA fiesta. Si tienen tiempo, por favor lean la explicación maravillosa que se hace en la Wikipedia, pero si no quieren, imaginen que estamos hablando de una fiesta equivalente casi casi a una boda gitana pero sin novio, en donde la quinceañera es la protagonista total de una serie de tradiciones a cual más llamativa. Para las chicas que tienen su "quinceaños", suele ser la fiesta de su vida.
Imaginen pues ese contexto de super-hiper-mega fiestorro y la Pena Adolescente antes descrita, no como festejada (¡¡¡nononononuncanuncanunca!!!), sino como invitada... portando uno de sus primeros disfraces vestidos de mujer con zapatos a juego (taconazos, plataformas, ya sabrás) y que encima tenía instrucciones más que precisas de que a las diez de la noche pasarían a recogerla para ir a casa y que tenía que estar en la puerta del pachangón a esa hora, porque si no era así, "alguien" (mamá, ¿quién más?) entraría al festejo dispuesta a sacar a la Penita de las orejas.
Honestamente recuerdo que hasta esa hora yo me la estaba pasando razonablemente bien. Había estado muy segura en un rincón, sin que nadie me molestara (me sacara a bailar), había cenado, los papás de la quinceañera habían sido cordiales conmigo y había tenido oportunidad de observar el festejo a mis anchas... todo iba requetebien, hasta que me di cuenta que eran las 10:05 en mi reloj...
Me entró un apuro horrible de pensar en mi madre entrando en aquel sitio dispuesta a sacarme de las orejas... capaz era. Como dirían en Asturias, "entróme miedín por la cabeza" y salí disparada rumbo a la quinceañera que bailaba en el centro de la pista con uno de sus galanes para despedirme de ella... yo era muy tímida pero nunca una mal educada...
Me olvidé que iba disfrazada vestida de mujercita... se me enredaron los pies entre los tacones, las plataformas, las naguas y el vestidazo... aterricé de panzazo en el centro de la pista a los pies de la quinceañera cual futbolista festejando su mejor gol... y tuve los santos ovarios de decirle a la chica festejada, antes de que se le salieran los ojos por el susto, "ay fulanita, hola... es que ya me voy y vengo a darte las gracias por la fiesta..."
Claro que mientras decía eso, recogía lo que quedaba de mi dignidad del suelo y me levantaba a duras penas, sacudiéndome un poquillo y acomodándome lo que un día fue mi peinado...
La memoria no me da para recordar lo que sucedió inmediatamente después. No sé si salí de allí por mi propio pie o finalmente mi señora madre entró a recogerme. Lo que no se me olvidó fue la banda sonora de semejante evento... misma que han repetido hasta la extenuación en el albergue este fin de semana:
¿es o no es irónico?
uy pues mira que he vivido yo situaciones malas o con pena (de la española) y no recuerdo música jejejejejejej, mi música se asocia a momentos alegres y tengo una especial pa levantarme en los momentos tristes.
ResponderEliminarMe gusta tu intermedio musical.
Mil besos
Ah y a personas especiales también jejejejej, precisamente esta que has puesto me recuerda a una persona muy especial, mi alma gemela.
ResponderEliminarbesotes de nuevo
Por la especial disposición del circo de La Safor, el sonido que se genera en la base del valle asciende por las laderas generando en su roce una reverberación que hace que se escuche tan bien en vuestra casa. Es algo similar al fenómeno de las nubes que ascienden por las laderas del Roque de los Muchachos en La Palma.
ResponderEliminarUna vez analizado el fenómeno...jajajaja pobrecilla allí espanzurrada en mitad de la pista. Eso si, cómo reaccionaste habla mucho y muy bien de la forma que tienes de enfrentarte a los problemas!!
Y sobre la canción...qué puedo decir, si es de mis favoritas...podías haber puesto la versión de Meryl Streep y ya me lo habrías puesto redondo!!
Penita, este post me ha animado la mañana, me voy a poner a bailar, yo que tengo la suerte de poder poner a los ABBA en off cuando me cansé, jeje
ResponderEliminarBesos
mam: a mi la música me gusta tanto que cuando está presente no puedo dejar de oírla, para bien o para mal :) qué gusto que te haya recordado a tu alma gemela! eso suena agradable ;)
ResponderEliminaray chris, cuando te pones geológica me obligas a hacer un comentario que esté a la altura: "¿¿EH??"
y de la segunda parte del comentario... supongo que visto a así a la distancia suena como que reaccioné bastante bien... en el momento hubiera deseado que la tierra se abriera y se tragara a todos los asistentes a la fiesta para que no hubiera testigos de mi mutis triunfal.
si cerecita, ponte a bailar, afortunada tú que puedes apagar la música cuando te apetezca jaja
bueno tienes un veranito musical .. no te quejes almenos es Abba..
ResponderEliminarJajajajajajajajaja Me parto. Imaginar el aterrizaje forzoso a los pies de la quinceañera con semejante banda sonora me parece fantástico. ¿Paradójico? Quizás. ¿Divertido? Por la gracia que le pones al contarlo, a pesar de que debiste pasarlo de pena, divertidísimo.
ResponderEliminarSi no fuera porque tengo el CD en el coche, ahora mismo, que voy a dedicarles un ratillo a las tareas del hogar, me ponía a ABBA para amenizarlas. En su defecto, me dacantaré por la Carrá.
Feliz domingo, Penita. Un beso grande, grande.
Pena, yo tengo musicalizada toda todita mi vida :-) ABBA, of course, está en ella.
ResponderEliminarBesos
Quejarme? que va! si aún me estoy riendo de mi misma Ico jajaja
ResponderEliminarMarmarita, por lo menos tú te ríes... a mí me costó cerca de veinte años hacerlo pero ahora que han pasado más de treinta del panzazo ya me rio con ganas y todo jajajaja
no podía ser de otra manera Blau... la música que no nos falte! besitos