El verano de los viajes inesperados III. El regreso

Emprendimos el regreso. El tiempo del viaje a Asturias había terminado y había que volver a casa. No hablamos mucho en el camino, por alguna razón una habla más en el viaje de ida que en el de vuelta. Es como estar procesando los recuerdos, los sabores, lo vivido... después de Asturias había material de sobra.

Llegamos a recoger a Mam y volvimos a Madrid... allí nos esperaba Chris, tan detallista y solícita como siempre. Tuvimos la suerte de festejar el cumple de Mam juntas y al día siguiente (como diría mi madre) se rompió una taza y cada quien para su casa... menos Chris, a quien le tocó el turno de viajar.

Seguimos sin saber cómo ocurrió el milagro de llegar a tiempo a la estación de autobuses después de que el google maps se confabulara con el GPS de Candela y nos mandara a buscar la salida 11 de la M30 (que afortunadamente parece no existir) y regresáramos por el mismo camino gracias al móvil con conexión a Internet de Chris... nos subimos al autobús cuando el chofer ya estaba en cuenta regresiva, cosa que no me impidió surtirme de golosinas en una máquina. A mi los viajes en autobús me dan ganas de comer golosinas y después de todo el régimen se había ahogado en sidra días antes...

Emprendimos camino. Se nos hizo eteeeeerno. Ninguna de las dos es fanática de los autobuses y la hora no ayudaba a dormir y que se nos hiciera más corto. Durante el viaje me hice consciente de la cantidad de veces que digo "ya falta menos..." jajajajaja es como un mantra... "yafaltamenos-yafaltamenos-yafaltamenos" y efectivamente, poco faltó para que la sufrida Chris me diera una colleja, harta de oírme jajajaja, pobrina, ¡lo siento!

Finalmente llegamos. Mi güera nos recibió y pasamos un finde muy agradable. Chris nos invitó a comer por su cumple y nos ventilamos un arroz "del senyoret" espectacular. Ver fotos aquí.

Faltó algo en ese fin de semana y fue que yo hubiera estado más lista con la cámara en la mano porque la coreografía de Chris y mi güera cantando y bailando "Gonna get along without you now" cada vez que yo decía "aja", es inenarrable y hubiera dejado pálida a la mismísima Viola Wills...

Lo que desde luego no faltó, fue la banda sonora por cortesía de nuestro querido Albergue Juvenil, que tuvo a bien martirizar regalar a nuestros oídos con la maravillosa obra clásica "Soy una taza, una tetera, un cazo hondo, un cucharón"... eso si, a todo volumen, a las ocho de cada mañana... Si no conocen la versión por favor oigan aunque sea el principio... es sublime :)

Con mucha pena tuvimos que dejar ir a Chris el domingo... y así concluyó el verano de los viajes sorpresa... ¿o no?