diciembre 14, 2010

Lovely! Beautiful!




Desde que mi güera y yo nos vinimos a vivir al monte tuvimos claro que entre nuestros pocos vecinos había mayoría guiri: ingleses, holandeses, alemanes, franceses, daneses, algún portugués y en general un surtido rico de gente nacida en guirilandia.

Nos lo tomamos bien, no somos racistas y nos encanta sentir que estamos abiertas a la diversidad. El caso es que nos dimos cuenta que teníamos algo en común con los vecinos. Todos o casi todos tenemos perros, gatos o de los dos.

En la casa que está casi enfrente de la nuestra vivía una pareja formada por un señor inglés bastante mayor pero en buena forma física y una mujer alemana un poco más joven que él y que podría describir como una auténtica Barbie geriátrica: con taconazos, melena rubia ondeando al viento, cinturita de avispa, ropa ajustada... una Bienvenida Pérez cualquiera, vamos. Ambos eran muy amables con nosotras y cada vez que pasaban frente a la casa les daban chuches a nuestras perras y él en particular se desvivía por Waffle diciendo que era "lovely! beautiful!". A mí me parecía raro que le dedicara tanto piropo pero pensaba que podía ser que le hiciera falta graduación nueva en las gafas o en todo caso que en gustos se rompen géneros... en fin.

El año pasado, a principio, notamos que la versión alemana de la Welcome no se veía tan frecuentemente como antes. Más bien no la volvimos a ver. Como a mi güera y a mí nos encanta el cuento, comenzamos a lanzar hipótesis: ¿será que él la hizo cacachitos y la va sacando poco a poco del congelador? ¿se habrá ido de vacaciones? ¿estará de visita en Inglaterra? No tardamos mucho en descubrirlo. Allá por mayo cuando mi güera estaba en plena depre el inglés (a quien llamaré Dr. J.) se nos acercó un día para preguntarnos porqué ella estaba en casa tanto tiempo, si es que estaba de vacaciones y yo reuní las cuatro palabras que conozco en inglés y le conté que ella estaba de baja y el motivo. Él puso cara de entender perfectamente el caso y me contó que él estaba atravesando también por una depresión, en su caso causada por el abandono de la Welcome germana.

Me dijo que después de no sé cuántos años de relación y de que se habían venido a vivir a España porque a ella le gustaba, se había encontrado con un chorrimillonario más joven que el Dr.J. y lo había abandonado para irse con el nuevo... Ahora el buen Dr. J. no sabía qué hacer. No quería volver a Inglaterra porque allá no tenía amigos. Acá tampoco los tenía porque no era capaz de hablar ni una palabra en castellano. Los hijos de él tenían niños y por ese motivo solamente podían visitarlo en verano y en resumen no sabía si correr o esconderse. Nos dio pena su caso. Le dijimos que si quería venir a cenar a nuestra casa algún día pero nos dijo que no porque no podía tolerar el ajo. Al parecer no fui capaz de explicarle que podía cocinar algo que no llevara ajo...

En esa misma conversación nos dijo cuánto le gustaban nuestras perras y lo bien que las tratábamos. Nos dijo que la "gente española" trataba muy mal a los animales, que los dejaba encerrados, que no se hacían cargo de ellos... vamos, una retahila de quejas.

Si ya antes nos caía bien, a partir de esa conversación le tomamos cierto cariño... pobrecillo, pensábamos... pues nada, que lo mejor estaba por venir.

Desde hace semanas empezamos a notar que el Dr. J. nos saludaba cada vez con menos ganas. Yo notaba que si me llegaba a mirar era con mal gesto. Como no había indicios de que le hubiéramos hecho algo ni siquiera de manera involuntaria pensé que estaba alucinando... hasta el martes de la semana pasada.

Esa mañana yo me levanté temprano para ser fiesta y como mi güera seguía en la camita me fui a la cocina a hacerme mi super café con leche para desayunar. Dejé que las perras salieran a la parcela a hacer sus cosas y escuché que ladraban pero no demasiado, al menos no me llamó la atención de manera particular. Estaba en plena preparación de la cafetera cuando oigo unos porrazos del diez en la puerta de la casa. Fui a abrir un poco molesta porque los golpes en la puerta me parecieron bastante exagerados como llamada... y allí estaba el Dr. J. convertido en un basilisco...

Antes de poder saludarlo comenzó a escupir palabras en inglés (y un poco de espuma por la boca, todo hay que decirlo) y medio entendí que se estaba quejando de mis perras, de lo mucho que ladran (según él) y sólo Dios sabe de cuántas más cosas. En mitad de la pataleta entendí también que decía que nos iba a denunciar al ayuntamiento y que nos dedicaba todos los tacos ingleses que conozco y otros que no, pero que por contexto puedo deducir. Estuvo gritoneando unos momentos y de pronto decidió irse muy airado y escupiéndole insultos a mi Waffle que fue la única de las perras que se quedó ladrádole cuando vió que el tipo estaba hablándome de aquella manera. Sin saber muy bien qué estaba sucediendo me quedé clavada en la puerta de la casa siguiéndolo con la mirada hasta que él se metió en su casa dando un portazo.

Entré a casa, fui a la habitación y le conté a mi güera lo sucedido y según iba hablando me iban brotando unos lagrimones enormes y a borbotones, La pobre ya no sabía cómo consolarme ni dónde meterme. Se sentía además impotente porque decía que al no poder hablar inglés ni siquiera podía reclamarle al Dr. J. En ese momento yo no sabía ni porqué estaba llorando... pero al paso de los días lo entendí.

Lloré de desconcierto. ¿En qué momento alguien que se ha mostrado amigable cambia de una manera tan radical y porqué?. Lloré de impotencia, ¿porqué no pude reunir mis rudimentos de ingles para responderle aunque fuera "vete a gritar a tu casa"?. Lloré de coraje ¿acaso este tipo cree que "mujer", "educada" y "trapo de cocina" son sinónimos? y finalmente lloré porque me molesta muchísimo que alguien se permita un arrranque emocional tan desproporcionado y se lleve entre los pies lo que había sido una relación de vecindad cordial.

Ese mismo día, más tarde, estábamos fuera con las perras y lo vimos llegar en su coche a su casa. Yo no pude evitar quedármele viendo fijamente. No lo hice en plan provocación sino en plan: "¿qué pasa por tu cabeza, pedazo de tarado?". Él se puso nervioso del todo. Tanto así que bajó del coche, bajó unas cosas que llevaba en el maletero y se metió corriendo a su casa dejando el maletero del coche abierto...

Eso me dejó mucho más contenta. Me hizo sentir que tengo el poder de intimidarlo o por lo menos incomodarlo. Creo que en algún lugar de su cerebrito sabe que hizo mal. Lo mejor es que me dio la clave para saber cómo reaccionar la próxima vez... confieso que estoy deseando que repita el numerito... lo voy a recibir cámara fotográfica en mano. ¿Me grita? ¡FOTO! ¿amenaza a mis perras? ¡FOTO! ¿echa espuma por la boca? ¡FOTO!

Ya está bien, caramba...

11 comentarios:

  1. ¿De qué nos vamos a extrañar con los cambios de actitud de ciertas personas? La gente está a la que salta y habría formas mucho más educadas de comentarle al vecino o a la vecina un determinado problema. ¿Qué era eso del civismo? Palabra olvidada, tal vez.

    Pero sobre todo... ¡no se te ocurra hacerle una foto! jajaja, mira el último post que he escrito.

    Os queremos mucho y a vuestras perras también, tan cariñosas y tan tiernecitas. Tampoco he visto que ladren más que cuando alguien se acerca y dudo que por ahí esté pasando gente todo el día.

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  2. Ahora entiendo por qué se largó la Barbie, sería lo que fuera pero tampoco le aguantaba. Paciencia hija, que esto de los vecinos es cuestión de suerte y puede que este se largue pitando a su país o donde sea. Un fuerte abrazo.

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  3. Joder con Dr.J. Bueno, al menos me he enterado que que sigue vivito y encolerizado. Es increíble la gente que vive tan centrada en si misma. Hoy me gustas tus perras, mañana te denuncio. Soy incapaz de adaptarme al lugar donde vivo y tengo la cabeza llena de prejuicios del siglo XX sobre que los españoles torean y matan perros como si fueran el cordobés y que cocinan con ajo hasta para hacer pasteles. ¿Os va a denunciar en inglés o se va a llevar a alguien del consulado de su país? Tranqui, Penita, no le hagas mucho caso.

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  4. Pena...a mí me da la sensación de que ese hombre ha perdido el norte. Quizá su estado mental, le haga reaccionar así. No le estoy justificando en absoluto, sólo pensando en qué puede haber motivado su cambio de comportamiento. Lo que antes agradaba puede llegar a exasperar si no te encuentras bien anímicamente.

    Dicho esto, desde luego no tienes que dejar que te toque las narices, allá él con su problema. Así que si vuelve a pegarte7pegaros gritos, soltarle eso de SAT AP BIG MAUZ (shut up big moth/cállate bocazas) y le dais con la puerta en las narices!!

    Un abrazo enorme!!

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  5. Tú has visto Candela que nuestras perras no ladran a deshoras. Nunca antes de las diez de la mañana, ni en la hora de la siesta ni después de las doce de la noche. Jamás van sueltas por la calle ni "ensucian" ningún espacio más allá del que les pertenece. El hombre tuvo un ataque y la pagó conmigo. Lo de las fotos me lo planteo porque honestamente tengo muchas ganas de hacerlo reventar psicológicamente. Yo también tengo mi lado oscuro, ya está bien.

    Ya lo pensé yo también emejota, que la pobre Barbie tuvo sus razones y la versión del neurótico seguramente no es la más certera...

    No sé si estará pensando denunciarme al consulado o si alucinará que en el mini ayuntamiento de nuestro pueblete habrá añguien que entienda inglés y/o le haga caso cuando quiera denunciar una falta inexistente... lo que si te puedo decir es que hasta aquí llegamos y que en lo futuro, le va a tener compasión su abuela...

    La cosa Chris, es que estoy cansada de ser empática. Tengo claro que lo que dices es verdad. Él tiene motivos que yo no sospecho para convertirse en un energúmeno y la paga conmigo por alguna razón que posiblemente no tenga nada que ver ni con mi persona ni con mis perras pero... yo he estado deprimida, mi güera también y todos tenemos problemas y no por eso yo me he permitido hacer o decir cosas que destrocen la frágil convivencia armónica con quienes me rodean. Este tipo es mayor que yo y por tanto debería tener más criterio, si no lo ha conseguido es SU problema. Conmigo se le acabó el chollo. Sólo espero que meta la pata una sola vez hasta el fondo porque nadie tiene derecho a venir a perturbar mi paz y la de mi casa.

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  6. ¡Vamos que de ir a pedirle un poquito de sal, nada de nada!

    No permitas que su provocación te robe la paz y el buen criterio.

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  7. Lo bipolar se lleva. No obstante, puede que el pobre esté alterado por la soledad y estar en un apís hostil y brutal, lejos de la educación y pulcridad inglesas.

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  8. pena, la proxima vez (que espero no haya) además de cámara en ristre le sueltas fuck off (facof). y si quieres escribirle una notita, me encargo de traducirosla...

    mi opinión: creyó que habría rollo con las dos bolleras, y en vista de que no se ha cabreado

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  9. Jajaja, no sé yo si tendría valor de echarle fotos a alguien que estuviera gritándome con espuma en la boca, pero ¡adelante valiente!

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  10. Esas reacciones tan exageradas son extrañs pero muy frecuentes en gente con esos altibajos.. describes muy bien al típico guiry, por aquí hay muchos que no se integran, están llenos de prejuicios y viven aislados del mundo aunque lleven años viviendo aquí...
    un beso..

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  11. Yo voto porque se equivocaron con la medicación. Algún médico de la seguridad social, harto de guiris.... :P

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