El día está tan gris que me he puesto un poco melancólica y ese suele ser el estado de ánimo que me lleva a escribirte una carta aunque sepa que no la leerás. De alguna manera es como tener una pequeña conversación contigo.
En días pasados murió un cantaor que tú no conociste y quizá no te hubiera gustado porque el flamenco no era lo tuyo, pero estoy segura que si hubieras visto la despedida que le dedicó su hija te hubieras conmovido como todo el mundo.
Cuando la vi pensé en las cosas que una es capaz de hacer por amor cuando se despide de alguien tan importante. Me vi a mi misma cuidando y corrigiendo la redacción de tu esquela porque me habías pedido una y mil veces que no pusiera que eras viuda y que llevara la mención a tu título de licenciada que tanto trabajo te costó sacar, entre otros detalles.
También me vi a mi misma exigiendo que quitaran el crucifijo de tu ataúd no fuera a ser que te levantaras para quitarlo por tí misma y que sacaran de la capilla de velación cualquier imagen religiosa. Si fuiste creyente a tu manera durante toda tu vida no sería diferente en tu muerte.
Me recordé llamando a todo el mundo para avisar que te habías marchado y me ví a mi misma depilando tu rostro porque te prometí que nadie te vería con bigote o cejas desaliñadas en "la caja". Mi hermana pensó que el dolor me había trastornado... lo cierto es que estaba anestesiada porque tenía que recordar cada promesa que te había hecho.
Finalmente me vi a mi misma recibiendo a la gente que asistió al funeral y sosteniendo a todos los que se derrumbaron en mis brazos y lo firme que tuve que ser al hablar con mis hermanos mayores para defender mi derecho a decir las palabras de despedida en el panteón a pesar de no ser ni la mayor ni el hombre de la familia... pero si la que más te acompañó y la que mejor te conoció.
Te sigo extrañando horrores, ojalá que vinieras una noche de estas a visitarme aunque me imagino que te lo estarás pasando pipa donde estés porque siempre supiste disfrutar aunque te gustara jugar al chantajillo... eras tremenda, caray.
Besitos chata, te quiero.
Me conmueve tu emoción. Preciosa foto la del final. Así es la vida, así se perpetua y así se acaba. Vida y muerte siempre unidas. Un fuerte abrazo x2.
ResponderEliminarlloro a mares cada vez que veo el video, más por el dolor de la madre que el por el de la hija, y tu post me ha emcionado mucho, ojalá venga a verte estas navidades, cómo te pareces a ella Pena!!
ResponderEliminarPuf, qué post tan duro y tan bonito. Yo también me recuerdo en esos momentos como anestesiada, peinándola para que no estuviera desaliñada cuando aún respiraba por las máquinas. Y se me ha quedado la pregunta de la enfermera: "Cuando le dé otra crisis ¿qué hacemos?" Y mi respuesta con cara de cabreo: "dejadla en paz, no lal humilléis más". A la media hora bajaron a decir que había fallecido. Nunca había contado esto nada más que a mis personas más allegadas, pero tú me lo has sacado de dentro. Cuánto dolor y cuánto se la echa de menos.
ResponderEliminarQué post más bonito...lleno de sentimientos, lleno de ti, de tu carácter, de tu valentía y lleno, tan lleno de dolor, que me deja temblando.
ResponderEliminarUn abrazo enorme!!
Pues si emejota, la vida y la muerte son partes de un mismo fenómeno y van de la mano, inseparables. Entenderlo sin embargo, en ocasiones no alivia los sentimientos. Gracias por lo de la foto, a mí me encanta :) besitos
ResponderEliminarFavor que me haces faralilla... ella sin ser guapísima si era una mujer muy atractiva. En estos días es inevitable pensar en ella y con lo de Morente ya me dieron la puntilla...
Ay Marcela, de verdad siento haber removido esos recuerdos en tí. No era mi intención lastimar a nadie... solamente es que desde que vi el cante de Estrella se me vino a la cabeza esta idea de que en esos momentos una es capaz de hacer cosas que "en frío" no podría ni imaginar. Un fuerte abrazo...
Gracias Chris pero no es valor. Es estar en un estado de adormecimiento que te permite funcionar pero sentir lo justito... el dolor viene después con todo su esplendor...
besitos a todas
Hay quien siempre me dice que es mucho mejor echar de menos, que echar de más. Tú echas de menos y te duele porque la recuerdas con todo el amor quesentiste y sigues sintiendo por ella.aunque duela recordar, es bonito recordar por echar de menos
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, lleno de lágrimas y de ánimo
ResponderEliminarLo cierto es que yo tengo a mi mami muy enferma, desde que la conozco ha estado así y hemos pasado muchos dias y muchas noches de hospitales y dolores, pero reconozco que solo con su sombra ya me protege. No Puedo ni imaginar lo que sería mi vida sin ella.
ResponderEliminarMuchos animos, guapina que cualquier ratito que duermas viene a verte.
Besos
Dicen que en estas fechas recordamos "más" a los que se han ido, pero, ¿es posible recordar a los que quisimos más que a nada aún "más"? Me gusta pensar que, de un modo u otro, siempre están y estarán con nosotros, y que el amor que de ellos recibimos no se acabará jamás.
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