septiembre 10, 2011

La familia crece

La güera y Pena Mexicana nos complacemos en informar a la comunidad de la anilla, que nuestra familia ha crecido. De común acuerdo y en el mejor momento de nuestra relación (hasta ahora), hemos decidido secuestrar adoptar a la preciosa Tía Pilar, de la que hablé en mi post anterior.

La tía Pilar prácticamente crió a mi güera, tan es así que para ella es una segunda madre. No pudo tener hijos y moría por tener una niña propia, ella y su marido cayeron en una de esas redes de adopciones raras que hubo en este país en los años setenta y "se trajo" una niña de Colombia que llegó aquí con aproximadamente diez o doce años. De su historia previa solamente se sabe que estuvo en varios orfanatos y casas adoptivas hasta que vino a dar aquí. Dicen que la personalidad se define en los primeros tres años de vida y que es determinante lo que vives hasta entonces, tu entorno, el amor que recibes, etc. Debe ser verdad... porque desde que llegó esta chica se dedicó a destruir lo que tocaba. La tía trató de volcarse en ella y a cambio recibió patadas y mordiscos figurados y literales.

Hace unos años el tío murió y desde entonces la cosa fue a mas. La chica que ahora es adulta (bien adulta), casada y con dos hijos de 21 y 24 años, se ha dedicado a gastarse la pensión del trabajo y la de viudedad de su madre y los ahorros que con tanto esfuerzo fueron reuniendo sus padres a lo largo de toda su vida... ahora sabemos que la tía aceptó por fin la invitación que tantas veces le hicimos porque se las ha visto negras y tuvo claro que si no salía huyendo de su casa, a Navidad no llegaba...

Ha estado abandonada, con una mujer que la cuidaba lo mejor que podía pero que entraba a trabajar a las 11 de la mañana y salía a las 8 de la tarde... el día de la tía (85 años, diabética, insuficiencia renal, angina de pecho) comenzaba a las 11 de la mañana cuando llegaba su cuidadora. La levantaba, le medía el azúcar, le pinchaba la insulina, la lavaba un poco, le daba de desayunar y luego la sentaba en el sillón hasta la hora en que se iba. Entre medias, limpiaba la casa, hacía la compra, lavaba la ropa, planchaba, etc... todo para los nietos de la tía que viven con ella porque no soportan a su madre. A las 8 de la tarde, hora de su salida, llevaba a la tía a darse una ducha, le daba de cenar y la acostaba... y hasta otro día! ¿15 horas sin comer para un diabético?

La tía se asustó. Se dio cuenta que le quedaba poco tiempo de vida y no quiso pasarlo sola y abandonada. Preparó todo para hacerle creer a su hija y a sus nietos que venía de vacaciones. No le dijo la verdad ni a sus hermanos ni a nadie... y cuando llegó aquí con una anemia galopante, débil, mal medicada, con unas dosis de insulina como para matar a un elefante, nos pidió ayuda. Los primeros días lloraba cada diez minutos, tan poco acostumbrada como está a tener compañía cuando se siente mal, a comer comida cocinada en casa y no comprada todos los días, a que se le escuche y (¡susto!) se le tome en cuenta se emocionaba por todo... porque le ofrecías un danacol porque los compraste para ella, porque le preguntaras si quería probar un refresco sin azúcar...

De verdad me cuesta mucho expresar en este post el maltrato al que han sometido a esta pobre mujer. Menos mal que ha podido reunir el valor de "dar el paso" como ella dice. Antes cuando le ofrecíamos venir a nuestra casa nunca nos lo había aceptado... pero ahora la vio muy cerca.

Nosotras no podemos estar más felices. Hemos descubierto que a pesar de que estamos molidas y muertas de cansancio con el cambio de vida que hemos tenido, la estancia de la Tía Pilar nos está gratificando mas a nosotras que a ella. Es algo que combina la satisfacción de estar haciendo algo útil por alguien que te necesita; el aprendizaje de escuchar sus historias, sus recetas, sus recuerdos y recibir el cariño de alguien que valora cada tontería que haces pensando en ella y te la corresponde con una preciosa sonrisa... ¿cómo puede alguien ser tan rastrero como para abandonar a otro ser humano?

Ahora somos una familia feliz de tres personas y cuatro perras... y yo sigo esperando que la hija se presente aquí para reclamarle a su madre que regrese a casa, después de todo también se le va la pensión!

Si pasa mucho tiempo sin que vuelva a escribir, será seguramente porque vino la hija, se puso tonta con la Tía Pilar y a mí me llevaron a la cárcel porque con las ganas que le tengo, si le vuelve a tocar un pelo ¡le meto la paliza de su vida!

19 comentarios:

  1. Hasta se me han saltado las lágrimas leyendo tu post.

    No entiendo el maltrato pero aún menos entre mujeres y más entre madres e hijas. Me toca de cerca y siempre lo he sentido como algo antinatural.

    Por el contrario, el buen trato (como el que intenté poner en práctica cuando vinisteis las blogueras este verano) reporta muchas satisfacciones para quien lo practica - aunque cueste entenderlo desde fuera - porque recibes tanto o más de lo que das.

    Cuidarla mucho y que sienta que ha vuelto con su verdadera familia.

    Un abrazo para todas!

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  2. Pena, me tienes con los ojos aguados y el corazón comprimido.

    Felicidades por la llegada de la tía.

    Un beso por 3

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  3. Enhorabuena, chicas, son unas valientes!

    besos

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  4. ¡¡Son unas valientes!!
    Besitos.
    Pd. ¿en la cárcel hay internet? :-)

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  5. Valiente la tia en saber salir de allí pitando. Debe ser muy difícil ser mayor, sentirse enferma y maltratada.
    Menos mal que ha encontrado un refugio y el cariño y el buen trato la mejoraran muchísimo.
    Ahora a esperar a la prima, que vendra, eso seguro.

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  6. No sé ni qué comentar. Me he quedado sin palabras. Espero que la hija se pierda por sus mundos y os deje tranquilas. De todas formas, yo intentaría hablar con alguien que sepa y como la tia Pilar está lúcida, que se hagan unos papeles conforme quiere vivir con vosotras pase lo que pase. Creo que algo así se puede hacer, para evitar futuros problemas.

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  7. Pobre tia Pilar, menos mal que sus últimos años los pasará rodeada de cariño y bien cuidada. Un beso, y enhorabuena por vuestra decisión

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  8. meca, prima, si aparece la hija nos llamas y allá que vamos a hacer el frente bollobloguero, porque ahora la Tía Pilar ya es de nuestra comunidad, que lo sepas. besín para esa familia tan genial.

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  9. "la comunidad de la anilla"? y eso que e lo que e..., si no perteneces a esa comunidad no puedes leer el post?..., espero respuesta.

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  10. Después de hablar contigo casi telegráficamente, he entrado a tu blog para leer y me ha conmovido esta entrada. Literalmente se me ha puesto el vello de punta a la vez que he admirado la fuerza de sus 80 y muchos años para hacer las maletas y trasladarse a donde aún puede sentirse querida, persona, con cosas que dar y que recibir.

    Un abrazo muy fuerte para ti, otro para la güera, y gracias por ser como sois las dos.

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  11. justo ayer me contó mi novia otra historia de " desamparo" de un anciano. la verdad es que mejor no pensar en qué será de nosotras cuando seamos ancianas aunque espero hacerlo de joven tan bien como para que , anciana ya, tenga a algunas personas como vosotras a quien recurrir. un aplauso para las dos por vuestro acto

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  12. Yo también quiero saber qué es la comunidad de la anilla, jajajaa, es que llevamos ya un par de años usando ese término y nunca supe por qué.

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  13. Yo creo que en realidad la tía Pilar pidió asilo político porque no sabía cómo hacerse con un carnet de la comunidad de la anilla... Llevaba años leyéndolas a todas, pero cuando su hija decidió quitarle hasta la conexión wi-fi, decidió que por ahí no pasaba. Así que, como la mujer rompedora que es, se fue allá donde está el epicentro de las noticias de la bollocomunidad ;-)

    Yo prefiero verlo así, antes que pensar en la historia real, porque entonces me dan ganas de darte apoyo logístico pa' lo que sea que se te pase por la cabeza, arggggg!!!

    Besos!!

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  14. Hay personas muy ingratas, por decirlo suave y otras como vosotras derrochando generosidad y amor.

    Un abrazo

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  15. ¡Eh, que llevas 22 días sin escribir! ¿Ha ido la hija? ¿Le has pateado el hígado? ¿Estás en chirona?
    Calculo que estarás muy atareada (que sé bien lo que es atender a una persona de esa edad), y adaptándote a la nueva vida.
    ¡Qué valor, el de la tía Pilar, para decidirse a dar semejante paso a su edad y en sus condiciones! Y qué valor, el vuestro, al acogerla.
    Verdaderamente, hay gente que no merece el apelativo de "persona". Mucha gente. Menos mal que otra, como vosotras, hace bueno el término.
    Un abrazo muy grande para las tres, y para la familia peluda.

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  16. Yo me apunto a llevarte a la cárcel lo que haga falta porque no hace falta esperar a que llegue la hija... Claro que, entonces, ¿qué hacemos con la tía Pilar? Casi mejor que sigas comprandole Danacol, galletas sin azúcar, dándole crema hidratante por todo el cuerpo (a esa edad, la piel parece de recién nacido, fíjate, por delicada, y cualquier cosa, la daña), ponedle boleros y Cine de Barrio los sábados y preguntadle (y escuchad, of course) por su juventud... Eso son vitaminas de las buenas...

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  17. Creo que lo que habéis hecho no tiene precio y para el resto, como dice el anuncio... MasterCard.
    Os felicito por valerosas, tiernas, cariñosas y decentes. Y a la hija, que le parta un rayo, ea¡

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