Autoescuela I

Conseguir el carnet de conducir en este país es una verdadera odisea. Mejor debería decir que es un atraco.

Como todo el mundo sabe, hay que examinarse de la teoría y de la práctica. La teoría abarca nociones de mecánica, de maniobras, de seguridad vial, conocimiento de las señales, etc. Uno puede estudiar por su cuenta e ir a examinarse en las fechas y las sedes que marca la DGT. Se pagan unas tasas y ya está. El examen no es nada del otro mundo y cualquiera que se aplique a estudiar puede aprobarlo, además hay páginas en Internet que funcionan como autoescuelas virtuales.

El examen práctico es otra historia. Allí es donde se congela el cliente. En teoría uno puede presentarse "por libre" pero tiene que llevar un coche adaptado, es decir, con el doble juego de pedales. Al parecer antes en la DGT había coches así a disposición de quien los solicitara pero ese servicio ya no existe y adaptar un coche a esas características sale por un ojo de la cara.

El resultado es que por fuerza uno tiene que recurrir a una de las muchas autoescuelas que hay. Entiendo que las tarifas varían según la comunidad autónoma y hasta de ciudad a ciudad pero en mi zona los precios fluctúan entre 1000 (mil) y 1200 (mil doscientos) euros. Estoy segura que habrá gente con posibilidades para eso y más, pero a mi al menos me parece un dineral.

Resulta que cuando yo llegué a vivir aquí, había estado conduciendo en México por veintisiete años con carnet y prácticamente cero accidentes pero al no haber convenio de homologación entre México y España me tocaba sacarme el permiso para conducir desde el principio como si nunca hubiera tocado un coche.

Como soy bastante "coda" (agarrada) comencé a investigar y me enteré de todo lo que he explicado antes. Entre la crisis económica mundial y la particular que nos traíamos mi güera y yo y el proceso de remodelación interna en el que he estado inmersa desde hace meses han pasado tres años y ocho meses antes de que pueda yo decir que... ¡TENGO CARNET DE CONDUCIR! siiiiiiiiiiiii

El proceso para obtenerlo ha sido todo menos barato. Mi güera consiguió un "enchufe" y a través del padre de una amiga fui a dar como "recomendada" a una autoescuela. Allí me dijeron que me harían el favor de cobrarme "solamente" 500 euros por la preparación y la papelería para el examen teórico y después 30 euros por cada clase práctica. Les pregunté que si llevaba ya aprobado el examen teórico cuánto me costaría y me dijeron que "así ellos no trabajaban"... me dije: "pena, calladita te ves más bonita... a pasar por el aro, vamos..."

Pagamos la mitad y comencé a ir a la autoescuela. Mi preparación consistió en hacer una y otra vez unos test que contenían las preguntas que me podrían hacer a la hora de ir al examen. Durante varios días estuve allí y me percaté de que el profesor tiene una paciencia enorme y que yo tenía mucha ventaja sobre mis compañeros porque:

1. Hablo castellano.
2. Sé leer y escribir (en castellano).
3. Necesito gafas para leer pero las tengo.

El método pedagógico del profesor podría calificarse de "clásico". A grito pelado y golpes en el escritorio. De alguna extraña manera consigue, sin embargo, que uno sienta simpatía por él. A pesar de los chillidos transmite interés por sus alumnos... es un caso de estudio. Debo decir que a mi nunca me gritó, seguramente porque hablo castellano.

Rápidamente me hice famita de listilla en la autoescuela y juro que nunca me imaginé que mis compañeritos sirios, marroquíes, senegaleses y ecuatorianos me mirarían con tanta admiración. Mis vidas, si supieran que quien los admira soy yo... el esfuerzo que hacen esas personas para aprobar el examen que les ponen en un idioma que no dominan es impresionante. En el caso del chico ecuatoriano me imagino que no sabía leer bien porque había suspedido ya cinco veces...

El 22 de octubre fui al examen y aprobé, ahora me tocaba ir a por el práctico... (continuará)