septiembre 26, 2009

Mi Paca



Es malo no saber tomar las decisiones a tiempo, muchas veces se provoca sufrimiento a quien una quiere por tratar de no sentirlo cuando es inevitable. Yo no podía hacerle eso, a ella no. Fue mi compañera por diecisiete años. Cuando vine a vivir a España la dejé en mi casa porque pensé que si la traía para ella sería mucho más difícil adaptarse, que de hecho no podría. Por ella alquilé mi casa a un precio ridículo a cambio de que mi inquilina la cuidara como ella se merecía.
Cuando ya no pude mantener más la situación y decidí vender la casa, le pedí a una amiga en quien tengo plena confianza que le diera albergue. Yo sabía que no duraría mucho, ya había cumplido diecinueve años.
Cuando llegó a mi vida tenía apenas un mes. Se notaba que había abierto los ojos no hacía mucho... ¡gritaba de una manera!
La estuve oyendo todo un día, tratando de no hacerlo. En mi casa ya había sobrepoblación y me había decidido a no recoger a más. Mi vecina llegó y me dijo que quería sacarla de abajo de aquel camión para llevarla a su casa. La que entonces era mi (dis)pareja le dijo que le ayudaría. La sacó, la trajo entre sus manos. Cuando mi vecina la vio dijo que no podía hacerse cargo... típico de ella, liar a todo el mundo y después dejarnos colgadas de la brocha... Yo me puse firme: "pues aquí no se queda y hágale como quiera."
Mi vecina entonces dijo las palabras mágicas: "no te preocupes, ahora mismo vuelvo con la estricnina que tengo en casa..."
No pude más, la tomé en mis manos y cuando vi sus ojazos le prometí que nunca permitiría que nada malo le sucediera y así fue como Paca se convirtió en el gran amor de mi vida animal.
Ella siempre fue muy prudente. No era la típica gata golosa que come todo lo que puede, siempre comía solamente lo que debía. Nunca subió de peso, parió una sola vez, yo la ayudé; tuvo muchos motes a lo largo de su vida, pero el más acertado era Paca la Loca... cuando era pequeña tenía una araña de peluche y jugaba con ella hasta que se cansaba, luego la escondía y al rato la volvía a sacar... Una vez, otra vecina mía la encerró, supongo que la quería tirar. Yo salí por el barrio buscándola y llamándola y cuando oyó mi voz gritó tan fuerte que la escuché a pesar de que no estaba cerca de la puerta. Toqué con toda la educación del mundo. Pregunté por ella. Mi vecina me dijo que no la había visto, ¡pero yo la oía gritar a todo pulmón!. La educación se me fue por un tubo... empujé a la vecina, entré en la casa, seguí la voz y encontré a mi Paca encerrada bajo un cajón. Salí de allí tan dignamente como pude con mi Paca en brazos.
Otro recuerdo que tengo de ella es cuando en una ocasión llegó a mi casa un intento de novia que tuve y que al verla en la cama me dijo: "agh, tienes un gato..."
La respuesta que le di es célebre entre mis amigos: "No es un gato, es mi Paca. Ella ha estado aquí antes de que tú llegaras y cuando te hayas ido, con toda seguridad estará aquí, así que mucho cuidado..." Sobra decir que la chica duró menos que nada en mi vida.
Con Paca compartí muchas alegrías y muchas penas. Si yo fuera como mi madre, pensaría que toda la resistencia que tuve para ir a Monterrey en esta ocasión era porque presentía que esto iba a suceder. No sé si eso sea cierto, pero lo que si es verdad es que hubiera preferido no vivirlo.
Dice Daniela mi amiga que cuando anuncié que iba, Paca comenzó a ponerse mal. No respondió al tratamiento que le dieron y el día que viajé, dejó de beber agua y aceptar alimento. También dejó de lavarse. Cuando la vi, dos días después de mi llegada, era la sombra de lo que fue. Estaba tan flaca, de pronto se le notaba la edad. La llevamos al veterinario y me dijo que podía hacerla analíticas y tratar de hacer algo por ella, pero por una vez pensé que tenía que tomar la decisión a tiempo y pedí que la durmieran. Fue muy rápido, no sufrió y yo estuve hablándole todo el tiempo.
Asi pues, estoy de luto y me importa muy poco que alguien no lo entienda. Simbólicamente para mi, esta muerte es un cierre mucho más fuerte que la venta de mi casa, que mi traslado y que todos los demás cambios. Supongo que ahora si puedo volver a empezar.

8 comentarios:

  1. Bueno, es una pérdida de "algo" que estaba muy vivo. Es normal.

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  2. realmente creo que somos almas gemelas tú y yo!!!

    Me has emocionado hasta saltar las lágrimas... celebrar la vida de tu Paca es lo más bonito que has podido sentir. Yo no quiero imaginarme cuando tenga que despedir a mi Clara... con la que llevo más de 15 años.

    En fin, ahora sí que has cerrado un ciclo. Bienvenida al hogar, Penita. Tú y tu güera debéis estar muy felices por el reencuentro.

    Un abrazo intenso para las dos

    P.D.: tu Paca debe estar ahora con mi Santa en el espacio-tiempo de las gatas realizadas, porque han dado y han recibido muchísimo amor.

    In memoriam.

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  3. Me ha emocionado. Lo siento mucho, debió ser una decisión muy fuerte. pienso que no podría ir a ningún lado sin llevarme a mis animales.. y ya son muchos para que me vaya a ningún lado..

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  4. Qué tierna historia la de tu Paca. Veo que Lena también te ha llamado alma gemela, como lo he hecho yo en respuesta a un comentario tuyo en mi blog :) Pero es que sí te siento alma gemela, mi gemela joven!

    Tengo tantos nombres de animales que llenaron mi vida de cariño, a quienes les di lo que pude y a veces no todo lo que pude: Gata, Mora, Pulguitas, Epi, Kali, Lola, Chicho... y ahora Paquito y Violeta. Lo que les he dado y les doy, me ha venido siempre devuelto con creces. Nunca me traicionó un animal, como en cambio sí hicieron amigas a las que quise mucho.

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  5. ¡Qué hermosa historia! Hermosa y agridulce. La pobre Paca, sin duda, te echó de menos desde el prmer momento. Saludos.

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  6. Como no creo en la casualidad y si en la causalidad, Paca estuvo esperando para que pudierais despediros.

    Sentida historia Andrea.

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  7. Gracias a todas por sus comentarios, ya me voy recomponiendo. A Paca le ponía nerviosa verme triste y a mi güera tampoco le hace bien :)
    besos a todas

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  8. Bueno, al fin hoy me encuentro con fuerzas para dejarte un comentario... estoy emocionada y sin palabras... siento mucho tu pérdida, Paca eligió la mejor manera de irse... un abrazo muy fuerte!

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