Dicen que la felicidad se manifiesta en la vida en forma de instantes, de destellos; momentos puntuales que podemos identificar como de goce y que nos iluminan el día y permanecen en la memoria.
Yo estoy de acuerdo con eso y me considero afortunada porque tengo una bonita colección de ese tipo de destellos. No podría ennumerarlos todos pero se me ocurrió hacer un ejercicio de memoria y citar algunos de ellos para compartirlos aquí.
El orden es... desordenado, sólo como van viniendo.
- El día que, después de la neumonía, pude respirar sin dolor.
- La primera vez que tuve en brazos a cada uno de mis sobrinos (de sangre y de cariño)
- El día que volví a escuchar la voz de mi padre después de treinta y dos años.
- El trece de julio del 2005, cuando conocí a mi güera.
- El trece de julio del 2007, el día de nuestra boda.
- Cuando veo la sonrisa en los ojos de mi güera.
- El día que estrené el tendedero de mi nueva casa.
- La primera vez que me di cuenta que una de mis alumnas había aprendido a leer conmigo, sin mí y a pesar de mí.
- El día que me despidieron de mi trabajo, justo antes de que me despidieran. La luz, la temperatura y todo era perfecto. Fue el 12 de noviembre del 2003.
- Cuando era maestra y se suspendían las clases en la escuela, por el motivo que fuera.
- La primera vez que vi a mi Paca con sus ojos inmensos y le prometí que no permitiría que nada le sucediera.
- La primera vez que vi las nubes desde un avión. Recuerdo que fue el 25 de diciembre de 1975. Mi madre y yo volvíamos a Monterrey a preparar el funeral de mi padre que había muerto el día anterior y le dije a ella: "si no estuviera tan triste, estaría muy feliz". Lo cierto es que se puede ser feliz en mitad del dolor.
- Los primeros días de mi trabajo en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
- Cada día, al despertar, antes de estar completamente consciente... la sensación de las sábanas y la cama, la temperatura, el sentirme descansada.
- Casi todos los viernes por la noche de mi vida.
- El instante en que, después de haber estado estudiando alguna cosa, por fin la entiendo.
- Cada vez que he tenido la oportunidad de ver a mis queridas montañas después de la lluvia.
- Cada vez que veo un arcoiris, que me recuerda a mi hermano y mi infancia.
No los tengo tan bien clasificados como tú, esos momentos, pero seguro que existen.
ResponderEliminarQué interesante hacer una lista de bonitos destellos. Son difíciles de clasificar y da miedo olvidar alguno de los mejores, pero mira qué curioso, que antes de irme de vacaciones hice mi propia lista también, pero sobre papel.
ResponderEliminarhola guapa;
ResponderEliminarla felicidad no es tan evanescente como dicen.. supongo que te has sentido por lo menos un poco feliz recordando cada uno de estos instantes
besos,
Bonita retahila de recuerdos felices, Pena. Recuerdos de la consciencia de estar viva y disfrutar de las pequeñas-grandes cosas de la vida.
ResponderEliminarPrecioso post.
Dintel: Estoy segura de que tienes momentos asi en tu vida, lo bonito es identificarlos cuando los estás viviendo porque son tan escurridizos...
ResponderEliminarCandela: es un ejercicio que me gusta hacer de vez en cuando... si no lo hiciera me sentiría ingrata, la verdad es que mi vida ha sido muy buena hasta ahora y creo que no tendría porqué ser distinto en el futuro.
Maslama: un poco feliz no, muy feliz. Recordar esos y otros muchos momentos me ayuda cuando las cosas van regular o francamente mal, que de eso también hay en la vida.
Marmarita guapa: gracias por tu comentario y si, justamente se trata de apreciar las cosas sencillas que están al alcance de la mano de cualquiera y que con demasiada frecuencia despreciamos...
precioso post... y despues de hacer el amor ¿qé? ¿o durante? ¿o antes? qué? yo hay los veo de odos los colores del arco iris , jajjaaaaaaaa ;)
ResponderEliminaray, perdon me corrijo: "que" y "yo, ahí, los veo de todos"
ResponderEliminarsaludines
ahhhhhhhh pues ya ves, que me ataca la "pena" y no hablo de "cojines" en mi blog ;)
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