junio 08, 2012

Piropos retrecheros

Ah los piropos... ¡me encantan!

La que me enseñó a disfrutarlos fue mi madre, que tenía un tino especial para obsequiármelos. Claro, no eran piropos comunes y corrientes, como ella tenía un sentido del humor tan ácido, soltaba verdaderas perlas como aquello de:

"Ay, mi niña se parece tanto a mi... es igual de torpe y vergonzosa que yo para bailar..."

Crecer con comentarios como ese hace que una se fortalezca... o se hunda en la miseria. En mi caso, como efectivamente me parezco a ella, me fortalecí.

Por eso cuando fui adulta me partí de la risa una vez que llegué a casa y le conté que conduciendo desde la universidad (era ya muy tarde por la noche), un tipo había comenzado a seguirme y yo había tenido de dar mil rodeos para perderlo de vista porque no me apetecía que se enterara de dónde vivía, una nunca sabe. Al final del relato su comentario de consuelo fue: "Ay hija, es que los hombres son tontos... te ven la cara y se encandilan y no se ponen a pensar que yendo en el coche no te han visto el cuerpo!"...

Mi madre me entrenó, sin saberlo, para agarrarme como a un clavo ardiendo a casi cualquier indicio de comentario positivo que pueda encontrar cuando alguien me dice un piropo de ese tipo y me doy cuenta de que lo ha dicho con buena intención.

A lo largo del tiempo los he ido coleccionando. Hace poco recibí uno muy lindo; mi güera y yo nos quedamos a dormir en casa de una amiga bloguera y al día siguiente, conversando acerca de que el vecino hizo mucho ruido por la noche, dije que yo no me había enterado de nada. Nuestra amiga dijo: "Pero ¿cómo te ibas a enterar? no entiendo cómo puede salir un ronquido tan fuerte de una mujer tan dulce..."

Otra de las perlas de mi colección es ese que me soltó alguien en mitad de una conversación: "... y por eso, aunque no soy tan rácana como tú, no me puedo permitir bla bla bla..." Honestamente, donde pone bla bla bla es porque deconecté y me puse a pensar: "pero vamos a ver, so cabrona, se supone que eres mi amiga, ¿¿¿porqué me has dicho eso???" Su justificación fue que yo misma me llamo rácana aunque admitió que con ella nunca lo he sido...

El que por ahora destaca como joya de la corona es bastante reciente. Comentando acerca de cómo se establecen las dinámicas en los grupos de lesbianas le comentaba yo a otra amiga que en Monterrey nunca quise pertenecer a un grupo cerrado porque había la costumbre de que todas se enrollaran con todas (muy al estilo de L, ¿recuerdan el diagrama de Alice?) y que yo prefería ir por libre para no entrar en esos juegos. Ella me dijo que el grupo al que pertenece no se mueve de esa manera y que seguramente yo me había topado con eso porque "eran otros tiempos". Oír eso y sentir como el cutis se te va craquelando de a poquito es todo uno, hasta que recuerdas que tu interlocutora está a quince minutos de cumplir los cuarenta y "sus tiempos" y "tus tiempos" son prácticamente "los mismos tiempos"...

En fin, que no se consuela quien no quiere. Solamente hay uno que recuerde y que me fue dicho con buena voluntad pero que no puedo mantener dentro de la colección porque fue tan profundamente machista que se sale del cuadro. Estaba yo dando unos cursos de actualización para profesores y uno de los asistentes, bastante mayor, me dijo: "Pero Penita, bonita... ¿qué necesidad tiene una mujer tan guapa como tú de esforzarse tanto en darnos estas jornadas de actualización, con lo bien que estarías en tu casa?"



15 comentarios:

  1. jajajajajajaja, para tirarle a una la autoestima a la papelera, menos mal que reciclas! Un beso gordo.

    ResponderEliminar
  2. Una, con los años, se hace resistente a todo...

    ResponderEliminar
  3. El señor asistente al curso queriendo hacer un cumplido soltó una barbaridad que seguro a él no se lo parece. ¿Y no saltaron las alarmas antiincencio ni cosas por el estilo ante semejante frasecica?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo gordo es que el comentario en el México de hace veinte años no llamó la atención... espero que las cosas hayan cambiado

      Eliminar
  4. tu madre tenía un encanto para los piropos parecido al de la mía jajjajaja. menos mal que la vida nos enseña...

    besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. y ellas también mam, que al final de las cuentas (y la terapia) nos hicieron más fuertes...

      Eliminar
  5. Jaja, Pena, que cosas te pasan! Pero me encanta como las cuentas. Lo tuyo es el humor, si duda.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Verdad que si Anca? la verdad es que me pasan cosas feúcas pero prefiero verlas divertidas ;)
      Y si, el humor siempre me ha salvado :)

      Eliminar
  6. Joé que yo había puesto un comentario!!!

    Decía que me hubiera encantado hablar con tu madre. Hubiera resultado un tour de force!!!

    Y que eres la mujer que más paciencia tiene conmigo de todo el mundo mundial...

    Un besote!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi madre eran encantadora con todos mis amigos, tanto que la lloraron igual que yo y no porque sintieran mi pena, sino porque ellos mismos estaban de luto...

      Y lo de la paciencia... mejor asi lo dejamos jajajajaja

      Eliminar
    2. Nunca hubiera puesto en duda que tu madre era encantadora.

      Eliminar

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails