Take Five

Hace muchos (realmente muchos) años, en una ciudad del norte de México vivía una niña simpática y muy curiosa que llamaremos Penita (chula, bonita, linda, preciosa, smack).

Penita tenía unos papás que la llevaban a todas partes a donde ellos querían ir. La habían tenido ya mayores y sus otros hijos ya eran adultos por lo que estaban viviendo su segunda etapa como pareja y tenían el buen juicio de integrar a Penita en todo lo que se podía en lugar de dejarla en casa con una niñera o algo así.

Había un restaurante que les gustaba mucho. Se llamaba Mérida. Servían comida yucateca y los papás de Penita disfrutaban como enanos comiendo allí. A Penita no le gustaba la comida yucateca pero también disfrutaba mucho ir al restaurante Mérida.

Era uno de los mejores sitios de la ciudad y había un grupo de jazz que tocaba todos los días. Allí Penita se pasaba el rato feliz oyendo esa música que le encantaba y que no escuchaba en ninguna otra parte. Había una pieza que era la favorita de Penita y que nunca volvió a oír fuera de allí por increíble que parezca.

Pasaron los años y Penita nunca se olvidó de aquella pieza. Sin tener ninguna referencia de cómo buscarla la guardó en sus recuerdos y la tarareaba como podía, a veces la silbaba, la recordaba muchas veces.

Hoy gracias a San Spotify (que Dios nos lo conserve muchos años) y gracias a las sugerencias que da y que a veces curioseo, ¡volví a encontrarme con mi melodía de jazz de la infancia! Se llama Take Five.

Es muy difícil describir lo que sentí cuando la escuché... fue como meterme en el túnel del tiempo y ver de nuevo a mis padres, estar sentada otra vez en el comedor del restaurante Mérida en ese Monterrey de los años sesenta, revivir cada detalle de la decoración de aquel lugar, ¡hasta el olor de la comida que servían! Hoy soy feliz :)