Crónicas de la Homologación I

Esto más bien podría ser una receta para el desastre y podría comenzar más o menos así:

1. Haga una licenciatura en su país de origen y condiméntela con estudios de posgrado; si el sistema de educación superior de su país de origen tiene una estructura y organización completamente diferente al del país de destino, mejor.

2. Conozca y enamórese de una mujer que viva en un país diferente al suyo y decida vivir con ella.

3. Trasládese llevando consigo sus títulos profesionales perfectamente apostillados según el convenio de La Haya para acreditar los estudios realizados.

4. IMPORTANTE: En un acto de autogol imprescindible, deje en su país de origen sus certificados de estudios (que detallan todas las materias cursadas con sus correspondientes notas) en algún sitio que ni usted sepa determinar para que nadie pueda localizarlos.

5. Una vez en el país de destino, diríjase a la Subdelegación de Gobierno de su Comunidad Autónoma para solicitar la información relativa a los trámites para la Homologación de su Título y entérese de que sin los certificados de estudios, sus títulos valen tanto como una envoltura de chicle (obvio), por muy apostillados que estén...

6. Escriba, llame y pida porfavorcito que alguien (hermana, inquilina, amigos), busque en su casa (ubicada en el país de origen), los certificados de estudios que previamente ha guardado en la dimensión desconocida.

7. Entérese de que nadie (ni hermana ni inquilina ni amigos) encuentra los papeles a pesar de que declaran haber buscado hasta debajo de las baldosas del patio. Pregúntese a sí misma qué rayos hacen buscando en sitios tan inverosímiles pero agradezca el esfuerzo y busque una salida alternativa.

8. Hable con su mejor-amiga-del-alma-mía y pídale por la vida de sus hijos que investigue en las diferentes Instituciones de Educación Superior donde se han realizado los estudios profesionales, que investigue cómo se pueden obtener duplicados de los certificados.

9. Espere sentada (muy importante) a que su amiga le informe de los resultados de las averiguaciones. Después de meses, entérese de que su amiga además de tener trabajo como para tres personas, está atravesando una grave crisis matrimonial y no le queda cabeza más que para pensar cómo vengarse de su marido y por el camino tratar de salvar su matrimonio de veinte años... En este punto de la receta habrá pasado aproximadamente un año y medio.

10. Recurra a otra amiga que tiene una hija de diecinueve años, estudiante y que en sus ratos libres se saca un dinerito haciéndole los mandados a su madre. Acuerde emplearla como agente libre para que obtenga los duplicados de los certificados antes mencionados.

11. Condiméntese todo lo anterior con una grave crisis económica mundial, cambio en el sistema de emisión de duplicados de certificados, requisitos ridículos como foptografías en blanco y negro de un tamaño que en España no se utiliza y en un papel que en España ya ni existe y demás detalles surrealistas.

12. Espere no uno ni dos sino hasta dieciocho meses para que la chica empleada pueda conseguir todos los papeles necesarios y pueda enviarlos a España debidamente apostillados según el antes citado convenio de La Haya.

13. Todo lo anterior deberá sazonarse con diferentes cantidades de dinero suministradas al gusto de quien lo pide: escuelas, funcionarios, mensajerías, gasolineras, etc.

14. Vuelva a ir a la Subdelegación de Gobierno de su Comunidad Autónoma para comenzar el recorrido de nuevo...

(Continuará)

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