Piometra (actualización)

Me complace informar que Laika se va recuperando poco a poco. Anoche cenó pollito hervido con arroz y esta mañana hasta se animó a dar un pequeño paseo por el patio. Permite que le curemos la herida sin rechistar... parece que de ésta si sale. Supongo que esta noche mi güera y yo podremos volver a dormir juntas porque las dos noches anteriores nos hemos turnado para estar con ella. Si, estamos locas, ¿qué pasa? jajajajaja
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Cuando vivía en Monterrey yo era voluntaria en una asociación que velaba por los derechos de los animales no humanos, animales de compañía. En ese tiempo me pasaba mis sábados hablando con la gente acerca de lo que significa adoptar animales, de la tenencia responsable de perros y gatos, de la importancia de la esterilización de los mismos... era un trabajo que disfrutaba muchísmo pero que dejé cuando me vine a vivir a España. Desde entonces dejé de hacer apología de esta causa en la que creo por muchos motivos, entre otros porque estaba ocupada reconociendo quien soy en este nuevo contexto. Ayer me sucedió algo que me dijo que es tiempo de volver a las andadas... Porque el tema me sigue interesando y porque no es justo que los animales sigan sufriendo por la ignorancia o los prejuicios de la gente y que yo me quede en mi sofá sin hacer nada.





Laika llegó a nuestra casa porque su dueño anterior, que es amigo nuestro, es cazador y como la perra se contagió de leishmaniosis se agotaba demasiado al cazar y decidió buscarle una casa donde la cuidaran y que viviera los años que le quedaran en tranquilidad. La recibimos con todo el cariño del mundo porque además de estar enferma de algo incurable, es un ser dulce, cariñoso, obediente y sobre todo, sigue viva. Cuando llegó pesaba dicisiete kilos y perdía pelo a mares. Estaba nerviosa. Su dueño nos dijo que no le gustaban las camitas para perro, que la dejáramos fuera de la casa y que estaba acostumbrada a echarse en el suelo si acaso con una toalla... Que sabía que no le gustaban las camas porque en los meses cuando no iba a cazar la dejaba en un bajo y la sacaba todos los días para darle de comer y pasearla un poco y cuando la iba a buscar invariablemente había hecho pedazos su camita en turno...
Desde que llegó la perra tomó la costumbre de seguirme como si fuera mi sombra. No me pierde de vista. También descubrimos que no es que no le gusten las camas, sino que le da miedo estar sola y cuando pasa eso se pone a rascar las camas hasta hacerlas pedazos. Si fuera una persona le hubieran recetado algún ansiolítico porque hubiera podido decir con palabras que se estaba deshaciendo de nervios... Hoy en día sabemos que además le dan miedo las tormentas eléctricas, el ruido que hace el viento cuando es muy fuerte y ha subido de peso hasta los veintisiete kilos.
Laika ha mejorado mucho desde que está aquí. Sus marcadores de la enfermedad están al mínimo, pierde mucho menos pelo y tiene su cama sin romper.
Otra cosa que nos dijo el dueño anterior es que no la quiso esterilizar porque a pesar de que no quería que tuviera camadas, no quería que subiera de peso.
La perra ha tenido sus celos cada seis meses, como toca, pero desde el verano pasado, cuando comenzó a sangrar, nos dimos cuenta que duraba muchos días. No le dimos importancia porque ella estaba normal: comía, jugaba, defecaba y meaba con normalidad. Hace un mes volvió a tener el celo, esta vez sangró más tiempo y con mayor intensidad. Pensamos que era cosa de la edad, está por cumplir nueve años. Para no hacer el cuento largo un día nos dimos cuenta que estaba ardiendo en fiebre. Mi güera se la llevó corriendo al veterinario y resultó que tenía más de 40 cuando la temperatura normal es al rededor de 37, como en los humanos.
El médico pensó que tenía gripe. Comenzamos el tratamiento. Se animó un poquito. De todas maneras no dejaba de tener fiebre y comía con desgana. El lunes dejó de comer. El martes vomitó todo el día, estaba francamente mal. Vuelta al veterinario, Le hizo una ecografía. Diagnóstico: Piometra. Advierto que si alguien sigue ese link puede ver imágenes que hieran su sensibilidad.
Ayer tuvieron que operarla de emergencia. La operación duró cuatro horas. El médico nos dijo que era posible que no saliera viva porque lo que tenía era grave. Afortunadamente salió pero es hora que no sabemos si lo superará o no, las primeras cuarenta y ocho horas son cruciales. Si alguien no ha seguido el link, le diré que la piometra es una infección que pueden tener perras y gatas no esterilizadas y que consiste en que se formen bolsas de pus alrededor o dentro del útero, que crecen rápidamente y que pueden matar a tu animal de compañía en cosa de días porque no da síntomas hasta que la cosa es grave. Solamente se puede diagnosticar de certeza mediante ecografías y su curación es segura es solamente mediante cirugía. Misma que es de riesgo por la infección y que no garantiza que el animal quede bien porque si la infección ha dañado la función renal, tendrá que llevar tratamiento de por vida. La prevención es muy sencilla: esterilizar a las hembras.
Gracias al mito de que suben de peso mucha gente no lo hace. Otros humanizan a sus animales de compañía y suponen que si no tienen camadas se frustrarán como si tuvieran el deseo consciente de ser madres... mito tras mito. Si se alimenta como debe y hace ejercicio no tiene porqué subir de peso. Su maternidad está determinada por el instinto y no por la razón y de una sola perra no esterilizada pueden salir cientos de cachorros en un par de años con lo que se contribuye a la sobrepoblación de animales abandonados. Esterilizar a tus animales de compañía es un regalo de salud que puedes hacerles. En el caso de Laika lo que le sacaron pesaba más de dos kilos...
Su dueño anterior la quería mucho, por eso le buscó una casa... hubiera bastado con que la quisiera mejor.